Las relaciones entre los miembros de una empresa han sido y siguen siendo objeto de numerosos debates. La forma en que se desarrolla la interacción humana no sólo influye en los resultados de la compañía, sino que además tiene una gran repercusión en la imagen que la empresa transmite a sus clientes.

Los responsables de recursos humanos necesitan encontrar un candidato que se ajuste al perfil buscado, pero también  la empresa tiene que ser un lugar idóneo para el desarrollo profesional del trabajador.

Para que esta relación bidireccional llegue a buen puerto, es fundamental tener en cuenta cuatro factores:

 

Crear un entorno agradable favorece el buen clima en la compañía. En todo momento, el empleado debe sentirse parte fundamental en la organización. Para él, su lugar de trabajo debe convertirse en su hogar y, los componentes de la empresa, en su familia. Por ello, debe propiciarse un ambiente de confianza.  El personal situado en puestos más bajos tiene que sentirse igual de útil que cualquier otro. Todos forman un pilar básico sin el cual, el negocio no funcionaría.

A veces, es inevitable que los empleados compitan entre ellos, pero es misión de los mandos directivos conseguir que ésta sea una competencia sana. En este sentido, hay que conseguir que el personal de la empresa trabaje para beneficio de ésta y no para beneficio propio. Hay que transmitir la idea de que si la empresa cae, caemos todos. Y si gana, ganamos todos.

 

El empleado debe creer en la empresa. Si no, ¿cómo va a luchar por conseguir los objetivos marcados? La coherencia de los directivos a la hora de tomar decisiones es muy importante para lograr la confianza del trabajador. Éstas deben ser acordes a la filosofía de la organización.

Además, si los mandos superiores quieren que sus empleados crean en la compañía, en todo momento deben transmitir una imagen de seriedad y profesionalidad. Si quieres que tus trabajadores sean personas formales, demuéstrales que tú lo eres. Sé un ejemplo a seguir y ejerce un liderazgo sano.

 

Existen infinidad de acciones para conseguir motivar a tu empleado:  ascensos, aumentos de salario, formación, vacaciones, etc. Por ello, antes de tomar decisiones, es necesario conocer qué motivaciones tiene cada trabajador. Cada uno es diferente y sus necesidades no tienen por qué ser las mismas.

Hay que descubrir en qué eslabón de la pirámide de Maslow se encuentra cada empleado.

Probablemente, los empleados antiguos  y con una vida ya construida, quieran más recompensas en forma de reconocimiento social, descansos o ascensos. Sin embargo, la motivación económica o la necesidad de formación será lo importante para un empleado joven y recién incorporado a la empresa.

 

Este factor es vital. Mientras más información posea cada uno de los miembros de la organización, más preparados estarán para afrontar las diferentes situaciones que se les presente en su puesto y, por tanto, y volviendo al punto anterior, más motivados estarán para realizar sus tareas.

La información transmitida tiene que ser clara, actualizada, verídica, fácil de entender  y que contenga, en la mayor medida posible, todos los aspectos influyentes para la empresa. Además, es importante que esta información fluya en todas direcciones. Los empleados deben saber en cada momento qué tienen que hacer, qué se espera de ellos o cuáles son sus objetivos. Los directivos deben conocer cuáles son las dificultades por las que atraviesan sus subordinados, qué les preocupa o cual es su principal motivación.

Seguro que he olvidado algún factor importante para la mejora de resultados de los empleados, así que ¿me ayudas a completar la información? ¿crees que las empresas practican estas 4 acciones?

Agradezco cualquier comentario o datos que queráis aportar.